Javier Rodríguez Barreiro: “Mis tutores me enseñaron bien el engranaje. El Consello Consultivo es muy quirúrgico a la hora de analizar las cosas”

Javier Rodríguez Barreiro, no salón de Plenos do Consello Consultivo de Galicia.

Javier Rodríguez Barreiro: “Mis tutores me enseñaron bien el engranaje. El Consello Consultivo es muy quirúrgico a la hora de analizar las cosas”

 

El último alumno en prácticas que pasó por el Consello Consultivo de Galicia es Javier Rodríguez Barreiro, picheleiro del 1968, y alumno del Colegio Peleteiro hasta 5º, para finalizar la EXB en el Juventud. Cuenta al principio de nuestra conversación que después aprobó “una oposición para ir a los Institutos Politécnicos del Ejército en Madrid, donde estuve tres años estudiando y luego como profesional de los talleres del Ejército”.

Pero los caminos de la vida lo llevaron a trabajar siendo muy joven: “Hice familia, tuve a los hijos…, pero llegó un momento en que tenía una espina clavada… y por eso retomé los estudios que tenía un poco ahí aparcados”.

 

Tenías una espina clavada, una materia pendiente. ¿Está valiendo la pena? ¿Qué ventajas crees que supone estudiar un grado universitario en este momento de tu vida, con compañeros que tienen 18, 19, 20 años…

De hecho, tengo hijos de esa edad (ríe). Fue gracioso porque el primer día que entré pensaron que era el profesor, callaron todos la boca hasta que me senté en la grada. Yo son una persona participativa en la clase… entonces, no recuerdo se fue al final de la primera clase lo de la segunda, ya hablaron conmigo para meterme en su grupo de WhatsApp (que de primeras pensaba que era para estudiar, pero era para ir de fiesta… ¡y no perdí una!). Hasta te rejuvenece juntarte con gente nueva. Además, hay en la Universidad mucha gente nueva que se esfuerza y que tiene mucha capacidad. Y bueno, pienso que paga la pena siempre formarse, aunque hoy en día escuchas la mucha gente nueva decir que los estudios no sirven, que hay quien tiene el grado y trabaja en el McDonalds… Puede ser, pero lo que no hay es gente sin el grado trabajando de letrado.

La formación no es que te garantice nada hoy en día, pero es verdad que te puede abrir más puertas. La conclusión de esto sería que, aunque no vayas a trabajar de lo que estudies, como persona cualquier formación te va a llenar y ayudar a encontrar tu camino, sobre todo si haces algo que te guste.

Sí me gustaría recordar que después en el 2015 se precipitaron un poco las cosas. Me explico. Entre que yo trabajaba en Saint Gobain y en ese momento hicieron un ERE y estaban echando a todo el mundo, y no sabía muy bien lo que iba a hacer… y que en ese momento le diagnosticaron a mío padre un cáncer muy avanzado en grado tres… (dos meses, imagínate) Y en ese tiempo que pasé con mi padre, me dijo una vez: “Una pena que tú no hubieras estudiado, eras bueno estudiando”.

 Imagino que el apoyo de tu familia fue fundamental durante tus estudios.

La verdad es que fue imprescindible. Sin ella eres pienso que no habría arrancado con los estudios porque en general, tanto mi mujer como mi madre, estuvieron en los momentos que más falta me hacía, porque no es fácil cuando uno empieza a estudiar a esta edad y con hijos adolescentes, manteniendo la casa…

 ¿Cómo te enteraste de que existía la posibilidad de hacer tus prácticas en el Consello Consultivo de Galicia?

Cuando sacan las ofertas de prácticas en la Universidad, hay un listado de vacantes en las instituciones, bufetes, y ver el Consello Consultivo me sorprendió mucho. A mí, que me gusta el Administrativo, la función del Consejo como garantizador de los derechos de los ciudadanos es muy interesante, pero antes no había la oportunidad de hacer las prácticas aquí; así que me encontré con la sorpresa de ver que había plazas, pocas, pero por suerte a niña nota media me permitió estar, y aquí estoy.

 Un área complicada, ¿no?

Sí, pienso que es de las más complejas porque es una normativa que se renueva mucho, que tiene muchas fuentes. Empezamos con los ayuntamientos, ordenanzas, pasando por normas autonómicas, leyes de bases estatales… Entonces tienes que estar muy atento a las nuevas leyes que salen y que pueden derogar otras. Además, la técnica normativa de nuestro legislador deja bastante que desear porque a lo mejor para reformar el Código Civil, te lo meten en una disposición adicional de una ley que no tiene nada que ver, pero precisamente es lo que me gusta del Derecho. El Constitucional es, por ejemplo, un derecho bastante parado; de hecho las reformas constitucionales son bastante difíciles de sacar adelante. Yo a lo mejor necesito algo más dinámico, que me haga sentir más vivo.

 Y el balance… ¿cuál es? ¿Piensas que escogiste bien? ¿No te arrepientes?

De lo que me arrepiento es de no coger las prácticas de los dos cuatrimestres aquí. Yo hice las primeras en el Parlamento de Galicia, una experiencia vital que hay que vivirla (la vida parlamentaria está bien), pero a mi formación jurídica no le saqué mucho, la verdad. Con todo, aquí era aprender todos los días algo. No pude escoger mejor.

¿Cómo era un día de trabajo aquí?

Unas semanas estuve viendo temas de responsabilidad patrimonial, el tema de las nulidades, anulaciones de contratos públicos… Cada uno de estos tres bloques tiene sus peculiaridades. Mis tutores me enseñaron bien el engranaje. El Consello Consultivo es muy quirúrgico a la hora de analizar las cosas. En el momento que ves y coges los conceptos, avanzas. Tuve muy buenos tutores que me hicieron ver que todas las piezas encajaban en el puzle. Se me hizo muy corto el mes. Hay que entender que el mes de prácticas es como una asignatura (haces cuatro horas al día, cuando en una materia haces una hora). Fue uno de los meses más provechosos que pude tener en la carrera por lo que es la aplicación práctica de los conocimientos que adquieres y coger los conceptos de cómo aplicar esas teorías a la práctica.

 ¿Qué opinión tienes ahora del funcionamiento de la Administración y de la responsabilidad del Consello Consultivo? ¿Justificas su existencia?

Su existencia está más que justificada. Por ejemplo, cuando hablas del funcionamiento de la Administración, esta a veces se ve limitada por la propia actuación del Consello. Por ejemplo, cuando el Consello emite informes que son preceptivos y vinculantes como en el caso de las nulidades, la Administración no se puede apartar del que haga el Consello.

De hecho, haría que los dictámenes fueran preceptivos y vinculantes, porque muchas veces cuando dices “es preceptivo pero no vinculante”, la Administración puede apartarse del criterio del Consello, pero pienso, como futuro letrado, que si tengo un cliente que llega a mi despacho diciendo: el informe del Consultivo era este, pero la Administración hizo lo contrario, pues tendríamos la mitad de la demanda hecha por el Consello Consultivo, porque tal y como analizan la ley, si el Consejo dice que no y la Administración dice que sí, me quedo con lo que piensa el Consultivo porque analizan todo muy quirúrgicamente con jurisprudencia, doctrina, y pienso que es como un tope a los abusos que a veces hace la Administración.

 ¿Con qué momentos te quedarías del mes que estuviste en el Consultivo?

Quizás me quedaría con los momentos en los que con cada tutor cogí los engranajes para aplicar en la materia. Cuando uno descubre algo nuevo y ves como encajan las piezas (claro, el primer día andas un poco perdido cuando te dan las materias), se abre un mundo nuevo. Mis tutores fueron el secretario general, José Oreiro, con quien aprendí el tema de la identificación de los rasgos de la responsabilidad patrimonial; la conselleira, Nora Martínez, con quien traté contratos; y la letrada Carmen Salgueiro, una persona metódica que me enseñó las formas.

 Queda poco para que termines el grado. ¿Qué te gustaría hacer después?

La idea es hacer el Máster de Abogacía para ejercer de abogado. Ya estuve en contacto con alguna asociación que trabaja con personas vulnerables, que no tienen acceso por sus medios a una buena defensa y a lo mejor tampoco están en los tramos de la asistencia jurídica gratuita, y hay mucha gente que está en el limbo. Creo que no tengo edad ya para desarrollar una carrera con vistas a hacer treinta años de abogado, entonces prefiero dedicar los años que me quedan a hacer algo que me llene también como persona.

 ¿Qué opinión tienes del acceso al cuerpo de letrados de aquellos aspirantes que no pasaran por el correspondiente examen en un proceso de oposición?

Aquí el problema que hay es que, por una parte, como dicen los letrados, en la propia Ley Orgánica del Poder Judicial, se habla de que el acceso al cuerpo de letrados de la Administración de Justicia tiene que ser bien por oposición o bien por concurso de oposición sin abrir la puerta a otra cosa, con lo cual entiendo que aplicando el sentido literal de la ley, no cabría el acceso por méritos.

Con todo, estamos viendo que la tendencia en la Unión Europea es que para el acceso al empleo público ya no se pide tanto una cosa memorística, sino un conjunto de facultades que tenga la gente, como pueda ser el trabajo en equipo, adaptación al puesto…

Por una parte se podría modificar la ley. Bien es cierto que no cualquiera puede acceder, pero también es gente que estuvo en el puesto cómo interino y es una experiencia que al mejor no podemos desaprovechar tampoco. Y cuando hablan, claro, los propios letrados, de que eso va contra lo principio de mérito y capacidad… yo tampoco lo veo así. También digo que es muy típico en nuestro país decir: “Como a mí me costó mucho entrar, entonces que siga siendo tan difícil como antes”. Tenemos que mirar más la vista hacia el futuro. Hoy en día la memorística, como método de cribado, no es el método que asegure que la persona más idónea vaya estar en el puesto, porque a lo mejor no tiene capacidad para sacar ese trabajo adelante.

 ¿Cómo cerrarías esta entrevista, Javier?

Animando a los estudiantes de Derecho a que hagan las prácticas en el Consello Consultivo porque, de lo que vi en mi carrera, pienso que es de las instituciones de Derecho Público de las que más provecho van a sacar.

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